Tu Currículum vende lo que realmente vales?
- Maria Schleyer

- hace 6 días
- 3 Min. de lectura
Actualizado: hace 5 días

En más de 10 años acompañando profesionales, hay algo que se repite una y otra vez: lo más difícil no es encontrar oportunidades… es hacerse notar, venderse y reconocer los propios logros.
El 98% de las personas con las que trabajo no es consciente de lo que realmente ha conseguido. Y lo más grave: intenta pasarlo desapercibido.
💡 Hace poco atendí a un profesional brillante, con meses de búsqueda sin éxito. Su CV estaba lleno de responsabilidades… pero vacío de impacto.
El desajuste era evidente: lo que transmitía en el papel no reflejaba el valor real que entregaba. Eso le estaba costando entrevistas, confianza y oportunidades.
La creencia más común: “Yo no tengo logros”
En sesión, me dijo casi resignado:
“No, yo no tengo logros tangibles… mi trabajo es demasiado subjetivo como para poner cifras en el CV”.
Lo escuché y le hice 3 preguntas simples:
¿Qué cambió en tu área desde que entraste?
¿Qué procesos hoy funcionan gracias a ti?
¿Si fueras tu jefe, cómo sabrías que hiciste un buen trabajo?
Se quedó en silencio. Luego sonrió. Y comenzó a enumerar:
✔️ Redujo tiempos de respuesta de un área crítica.
✔️ Diseñó un protocolo usado por más de 50 personas.
✔️ Logró que el clima de su equipo mejorara en las últimas encuestas.
👉 Eso es lo que me fascina: ver cómo alguien que cree no tener nada “medible” descubre que su aporte es enorme… solo faltaba traducirlo al lenguaje que el mercado entiende.
El CV como vitrina comercial
Un CV no es un listado administrativo de funciones. Es tu primera carta de ventas.
El cerebro de un reclutador decide en segundos si sigue leyendo o no (Kahneman, 2011). Si ve frases genéricas, NEXT. Pero si encuentra logros claros —aunque sean cualitativos traducidos en resultados visibles— la percepción cambia por completo.
¿Y qué pasa con los ATS?
Hoy, en la mayoría de procesos, tu primer lector no es un humano: es un ATS (Applicant Tracking System).
🔎 ¿Qué hace?
Busca palabras clave que coincidan con la oferta laboral.
Si solo pones descripciones vagas como “responsable de” o “encargado de”, el sistema te deja abajo en el ranking.
En cambio, cuando tu CV refleja logros y procesos concretos (“implementa un sistema que reduce en 20% los tiempos de despacho”), el algoritmo lo detecta como relevante y lo sube.
Y aun cuando pasas el filtro técnico, un CV sin impacto sigue siendo invisible frente al ojo humano: se lee igual que otros 20. Aquí entra en juego la memoria selectiva: el cerebro retiene mejor lo concreto y vívido. Por eso, los logros son tu mejor ancla para destacar.
Cómo transformar tu CV en una carta de ventas
1️⃣ Cambia la pregunta: no es “¿qué hice?”, sino “¿qué cambió gracias a mí?”.
2️⃣ Traduce lo intangible: mejoras, percepciones, impactos visibles.
3️⃣ Usa comparaciones antes/después: son irresistibles para el cerebro.
4️⃣ Refuerza con métricas simples: porcentajes, número de personas impactadas, procesos optimizados.
5️⃣ Pide feedback: otros ven en ti lo que a veces no logras reconocer.
✨ La verdadera magia ocurre cuando la persona se reconoce a sí misma en sus logros. Un CV deja de ser un documento frío y se convierte en un espejo de valor y diferenciación.
Y aquí te dejo la pregunta que puede marcar la diferencia:
👉 ¿Tu CV está mostrando todo lo que vales… o está escondiendo tu verdadero impacto?
🌟 Si estás en búsqueda laboral o quieres potenciar tu carrera, recuerda: tu CV es tu primera vitrina de ventas. No escondas tu impacto, muéstralo.
💬 Cuéntame en los comentarios: ¿te ha pasado que subestimas tus logros al escribir tu CV?
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