¿Les pasa?
Hemos hablado de la salud mental y de cómo estos más de 15 meses de pandemia nos han afectado, pero quizá este concepto que no solemos escuchar describe precisamente lo que sentimos.
Esta segunda ola de cuarentenas en el país nos ha golpeado fuerte anímicamente (o sólo a mi?), y es que ya como que nos queda menos ánimo para eso que antes era novedoso como quedarnos en la casa, aprovechar el tiempo para hacer algunos arreglos, disfrutar con la familia, y una larga lista de etcéteras.
La languidez es esa sensación de vacío, que muchas veces confundimos con estar deprimidos, esa falta de energía, esa sensación de cansancio y desanimo constante. Es como lo dice su significado de diccionario, perder la fuerza, el vigor o la lozanía, el ánimo.
Y bueno, si en la primera ola el sentimiento que primaba era la ansiedad, hoy es este y lamentablemente se vincula estrechamente con la salud mental.
Según el estudio de IPSOS para el Foro Económico Mundial, Chile sería el segundo país del mundo que más ha empeorado su salud mental desde que comenzó la pandemia.
Este letargo lamentablemente puede afectarnos a todos, a quienes los agarró la pandemia pasando por minutos o situaciones complicadas, pero también a quienes no tenían ningún tipo de problema anterior. Y es que el cerebro necesita planificar para tener certezas y esto se derrumbó por completo con la crisis sanitaria, desencadenando muchas veces en estrés.
Pero ¿qué podemos hacer?
Sé que lo he repetido muchas veces pero nunca está demás, hacer deporte, intentar mantener horarios y separar la oficina de la casa, tratar de tener una buena higiene del sueño, apagar pantallas después del trabajo, mantener hábitos alimenticios y confiar en que cada día que pasa, es uno menos para que todo esto acabe y podamos volver a reunirnos!
Porque no nos vamos a dar cuenta cuando abramos los ojos, todo esto haya pasado, y este estado de languidez sea solo aprendizaje.
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